DISCURSO SOBRE SAN JUAN MACÍAS
Querida comunidad educativa, muy
buenos días gracias por su presencia y consideración.
Hoy voy a hablarles sobre San Juan Macías, un
santo piadoso y bondadoso, una persona que nos demostró valores, enseñanza, virtud y pasión por
Cristo. En este mes de setiembre lo celebramos, pues es un hombre digno de
nuestro cariño y devoción. Desde muy joven se inicio en la Iglesia, como niño a pesar de quedarse sin padres, fue muy
correcto y disciplinado. Cuando fue ya adulto llego a nuestro país con la única
meta de servir a Dios y ayudar a las personas más necesitadas.
San Juan Macías nos enseño la
capacidad de fuerza y cristianismo que tiene una persona por un país y por un
pueblo, con tal fuerza recorrió todo el Perú para enseñar. Marco una vida de
profunda oración, penitencia y caridad. Dedico su vida a nuestro país
evangelizando a todos nuestros hermanos. Entrego su vida a Dios, es conocido
también por ser el consejero de ricos y pobres. Su caridad con los pobres fue
grande en socorrerlos y consolarlos, para lo cual se daban ayuda los nobles de
la ciudad y de otras partes. En cada pobre veía a Jesucristo. Socorría a todos,
en su portería o enviando un criado a las familias necesitadas. Esta caridad
que con los pobres ejercitaba, dándoles limosna, la ejercitaba también con los
ricos aconsejándoles y consolándolos.
Por su amor misericordioso y su
dedicación al pueblo sufrió una grave enfermedad, pero a pesar de eso nunca
descuidó a los más necesitados a quienes desde el portón del monasterio
ayudaba.
También nos demostró la enseñanza
de igualdad, al tratar a todos como hombres
por igual mas no por sus riquezas o color. Amó a todos con gran amor de
padre y a todos los ayudaba. Nos enseño el valor de compartir, a los pobres les
daba de comer todos los días y a los ricos les pedía limosnas para los
pobres, los ayudaba y consolaba en sus tribulaciones.
San Juan
Macías se consideraba deudor de los pobres oprimidos, marginados, humillados y
de los hombres sin voz para defenderse. Quería que los demás, sobre todo, los
ricos, se sintieran también solidarios con los Cristos sufrientes de la tierra,
y cuando veía o experimentaba el desprecio de los poderosos a la causa de los
pobres, enseguida ponía alto a sus negocios. Se preocupaba no solo de
llenar los estómagos vacíos, sino de impartir también enseñanza religiosa a
cuantos llegaban a él. Antes de repartir los alimentos a los pobres o de
socorrerlos con otras cosas, los instruía en la doctrina cristiana, oraba con
ellos y les inculcaba el amor a Jesús Eucaristía, que por amor a los hombres
quiso quedarse para alimento de las almas.
Oraba mucho con gran pasión por
las almas del purgatorio. Hacía labor social y apoyaba a la Orden
de Predicadores.
Fue un hombre mortificado, que nos enseña con
su vida que no debemos buscar a todo trance el placer y la comodidad, sino que,
para superar las tentaciones, es importante la mortificación de los
sentidos, nos demostró la rectitud y la sencillez.
Ojalá aprendamos con el ejemplo de su vida a
vivir nuestra fe en plenitud y a buscar la felicidad en amar, servir y hacer el
bien a todos los que nos rodean, como lo fue el. El Santo que enseño a todo el
Perú a orar y amar, siendo un modelo de cristiano y Religioso. San Juan Macías es un hombre al
que le tengo un profundo respeto por la hermosa enseñanza de vida que nos dejó.
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