lunes, 2 de junio de 2014

Discurso a San Juan Macias (discurso Amplio)

DISCURSO SOBRE SAN JUAN MACÍAS

Querida comunidad educativa, muy buenos días gracias por su presencia y consideración.

Hoy  voy a hablarles sobre San Juan Macías, un santo piadoso y bondadoso, una persona que nos demostró  valores, enseñanza, virtud y pasión por Cristo. En este mes de setiembre lo celebramos, pues es un hombre digno de nuestro cariño y devoción. Desde muy joven se inicio en la Iglesia, como niño  a pesar de quedarse sin padres, fue muy correcto y disciplinado. Cuando fue ya adulto llego a nuestro país con la única meta de servir a Dios y ayudar a las personas más necesitadas.


San Juan Macías nos enseño la capacidad de fuerza y cristianismo que tiene una persona por un país y por un pueblo, con tal fuerza recorrió todo el Perú para enseñar. Marco una vida de profunda oración,  penitencia y  caridad. Dedico su vida a nuestro país evangelizando a todos nuestros hermanos. Entrego su vida a Dios, es conocido también por ser el consejero de ricos y pobres. Su caridad con los pobres fue grande en socorrerlos y consolarlos, para lo cual se daban ayuda los nobles de la ciudad y de otras partes. En cada pobre veía a Jesucristo. Socorría a todos, en su portería o enviando un criado a las familias necesitadas. Esta caridad que con los pobres ejercitaba, dándoles limosna, la ejercitaba también con los ricos aconsejándoles y consolándolos.

Por su amor misericordioso y su dedicación al pueblo sufrió una grave enfermedad, pero a pesar de eso nunca descuidó a los más necesitados a quienes desde el portón del monasterio ayudaba.
También nos demostró la enseñanza de igualdad, al tratar a todos como hombres  por igual mas no por sus riquezas o color. Amó a todos con gran amor de padre y a todos los ayudaba. Nos enseño el valor de compartir, a los pobres les daba de comer todos los días y a los ricos les pedía limosnas para los pobres, los ayudaba y consolaba en sus tribulaciones.
San Juan Macías se consideraba deudor de los pobres oprimidos, marginados, humillados y de los hombres sin voz para defenderse. Quería que los demás, sobre todo, los ricos, se sintieran también solidarios con los Cristos sufrientes de la tierra, y cuando veía o experimentaba el desprecio de los poderosos a la causa de los pobres, enseguida ponía alto a sus negocios.  Se preocupaba no solo de llenar los estómagos vacíos, sino de impartir también enseñanza religiosa a cuantos llegaban a él. Antes de repartir los alimentos a los pobres o de socorrerlos con otras cosas, los instruía en la doctrina cristiana, oraba con ellos y les inculcaba el amor a Jesús Eucaristía, que por amor a los hombres quiso quedarse para alimento de las almas.
Oraba mucho con gran pasión por las almas del purgatorio. Hacía labor social y apoyaba a la Orden de Predicadores
Fue un hombre mortificado, que nos enseña con su vida que no debemos buscar a todo trance el placer y la comodidad, sino que, para superar las tentaciones, es importante la mortificación de los sentidos, nos demostró la rectitud y la sencillez.  


 Ojalá aprendamos con el ejemplo de su vida a vivir nuestra fe en plenitud y a buscar la felicidad en amar, servir y hacer el bien a todos los que nos rodean, como lo fue el. El Santo que enseño a todo el Perú a orar y amar, siendo un modelo de cristiano y  Religioso. San Juan Macías es un hombre al que le tengo un profundo respeto por la hermosa enseñanza de vida que nos dejó.
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